Una de las actividades más periódicas del proyecto El cine, espacio de encuentro, consiste en asistir a la proyección de películas de las que, posteriormente, se realiza un fórum de debate. El objetivo es la formación de espectadores críticos mediante la reflexión sobre los valores que transmite una película y su importancia para generar actitudes y comportamientos.
La película seleccionada en esta ocasión ha sido El chico de la bicicleta (Le gamin au vélo, el título orginal en francés).
La elección corresponde a los criterios que´habíamos acordado con nuestros socios en el proyecto: ser un película europea, ser relativamente reciente, no consitituir un largometraje excesivamente "comercial" (y que por lo tanto no tenga una gran difusión en los circuitos comerciales) y que tenga como temática los conflictos entre los jóvenes y los adultos.
FICHA TÉCNICA
Dirección y guion: Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne.
Países: Bélgica, Francia e Italia.
Año: 2011.
Duración: 87 min.
Género: Drama.
Interpretación: Cécile De France (Samantha), Thomas Doret (Cyril), Jérémie Renier (Guy), Fabrizio Rongione (librero), Egon Di Mateo (Wes), Oliver Gourmet (dueño del bar).
Producción: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne y Denis Freyd.
Fotografía: Alain Marcoen.
Montaje: Marie-Hélène Dozo.
Vestuario: Maïra Ramedhan Lévy.
Distribuidora: Wanda Visión. Estreno en Bélgica: 18 Mayo 2011. Estreno en España: 28 Octubre 2011. Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años.
SINOPSIS
En “El niño de la bicicleta”, Cyril tiene casi 12 años y un único plan:
encontrar al padre que le dejó temporalmente en un hogar infantil de
acogida. Conoce por casualidad a Samantha, que tiene una peluquería.
Samantha accede a que se quede con ella los fines de semana. Cyril no
quiere reconocer el amor que Samantha siente por él, un amor que el niño
necesita desesperadamente para calmar su rabia.
OPINIONES
"Una tierna y excelente película, el gran
amor que tiene una joven dama, por una niño no deseado por su padre, y
que termina en una gran amor de madre a hijo, y de hijo a madre Por eso
es bien cierto, que padre no es el que engendra, padre es el que cría,
que da su amor, su calor, su comprensión".
Juan Sebastián.
"Desde mi punto de vista, es una pelicula conmovedora y muy bièn trabajada
lo unico que no me agrado fue la manera en que termino, viera tenido
otro fin y la pelicula viera sido de 10.
Recogemos la opinión de Gustavo J. Castagna en el Seminario de Cine de Festival en el CIC"
Roberto Carlos Sánchez
"UNA PELICULA MORAL
La última película de Jean-Pierre y Luc Dardenne, nacidos en Bélgica,
profundiza los criterios de puesta en escena que recorren su breve pero
intensa filmografía. Daría la impresión que a medida que transcurre su
obra, los Dardenne se dirigen a hacer un cine aun más despojado,
austero, con los elementos mínimos y necesarios, donde la anécdota
argumental sirve como pretexto para construir una historia moral. En
realidad buena parte de la atmósfera, puesta y movimientos de cámara,
características de personajes y estados de ánimo que fluctúan entre una
actitud zen y una postura minimalista frente a un mundo agresivo, ya
estaban presentes en el quinteto de películas anteriores a “El chico de
la bicicleta” En efecto, los rituales “dardennianos”, sus elecciones
estéticas y sus construcciones de relato traslucen en ese imbatible pack
de títulos que constituyen “La promesa”; “Rosetta”; “”El hijo”, “El
niño” y “El silencio de Lorna”. Historias mínimas con personajes
ordinarios y cotidianos pero transferidos en películas extraordinarias,
siempre con esa cámara clásica de los hermanos siguiendo minuciosamente a
sus criaturas de ficción. Cuentos morales, claro está, trágicos en su
mayoría, sin respuestas contundentes. Relatos breves de una fuerza
atroz, incómodos de ver, pero sin necesidad de provocar gratuitamente al
hipotético espectador.
Dentro de esos parámetros, el último opus de los Dardenne solo necesita de un chico, una bicicleta y una peluquera que adoptará al púber. Suficiente, ya está, con solo eso los directores cuentan su historia. Habrá otros personajes satelitales (el padre del niño, el novio de la peluquera, un individuo que necesita del protagonista para sus fines delictivos) pero solamente con el púber y su bicicleta junto a una mujer como sostén afectivo, con solo eso, los hermanos Dardenne construyen una película difícil de olvidar
Pocas veces un personaje corrió tanto en una película, como ocurre
con Cyril, el joven protagonista. En contadas ocasiones el cine no
utilizó a los chicos para trasmitir un discurso políticamente correcto,
sentimentaloide, invasivo desde los golpes bajos y las escenas
lacrimógenas. Habría que remitirse hasta el poeta-director Francois
Truffaut y su opera prima Los cuatrocientos golpes para encontrar algún
parecido al niño de los Dardenne. Sin embargo, “El chico de la
bicicleta” elige otro destino: se trata de una fábula moral, con su
correspondiente pecado, castigo y redención.
Como siempre ocurre en los Dardenne, esa fábula se narra sin levantar
el dedo acusador, con su clásica puesta en escena despojada, de
registro en exteriores, en esas locaciones táctiles tan afines al cine
de los hermanos. Y valiéndose de esa cámara protagonista, que sigue a
los personajes, que respira con ellos, acariciando, protegiendo,
agrediendo, enterrándose en sus incertidumbres y decisiones. Una cámara,
un ojo, una mirada, que es el nuestra, muy cerca de la historia y de
los personajes. Tan próxima al detalle en sus intenciones y tan
universal en los resultados, como solo saben hacerlo los hermanos
Dardenne. Se agradece.
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